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Khao Lak, post-tsunami y las islas Similan

Pez payaso (“Nemo”) en su anémona y sobre todo en su hábitat natural

Fotografía tomada por Remy, un instructor suizo de buceo, que se encontraba a bordo del crucero con nosotros. Finalmente, volvimos al lugar del drama. Y esto por dos razones: la primera para dar vuelta la pagina tras este suceso que vivimos en carne propia y el segundo para verificar si la ayuda internacional se había concretamente consagrado. Para Sylvain, el traumatismo pasó. Sin embargo, para Mónica fue más difícil. Ella experimenta todavía una sensación de nauseas y se siente mal en tal lugar. Hay que darse cuenta que la zona en cuestión ha sido devastada al 80% y que no quedan más que los escombros. Así que Mónica se quedó en el hotel y Sylvain fue al encuentro de la populación para ver un poco lo que pasaba. Desde entonces, estaba claro que no podíamos permanecer allí.

Khao Lak, representaba el turismo. De una costa casi desértica, pasaron a más de 5000 alojamientos en menos de 10 años. Hoy, no quedan más que 900. Para decir la verdad, parece un pueblo fantasma Cuando uno da un paseo en la calle principal, se siente una sensación extraña, como algo anormal. Aquí, se puede casi afirmar que cada familia ha perdido un ser querido, este último 26 de diciembre.

Hablando con los damnificados, uno se entera que la única ayuda que reciben por el momento es la electricidad gratuita, así como víveres. Nada, comparado a la perdida material que constituía su medio de vida (como un carro por ejemplo). Visiblemente, ellos no esperan nada. Algunos reconstruyen para estar listos lo más pronto posible mientras que el gobierno ha prohibido por el instante, cualquier tipo de reconstrucción en la zona afectada. La lentitud en la toma de decisiones, hace que algunas personas comienzan a reconstruir. A parte de eso, hay muchos campos de refugiados o de numerosas organizaciones presentes para ayudar en la reconstrucción de las aldeas. Una ONG italiana (Organización humanitaria no gubernamental) se encarga de construir 400 barcos de pesca. Hay también una cantidad increíble de benévolos, que se sienten a menudo inútiles, puesto que las ONG solicitan competencias específicas que la mayor parte de tiempo, ellos no tienen (sobre todo, aptitudes manuales). Mientras tanto, hay una organización que recupera todo el resto de voluntarios. Aquella que va a organizar el 2 y 4 de abril 2005, el memorial de los 100 días (www.tsunamivolunteer.net). Esta manifestación a nivel nacional, esta dedicada a los sobrevivientes y a las familias de las victimas. Los budistas creen que después de 100 días, las almas de los desaparecidos abandonan la tierra. Decoraciones en bambú se extenderán a lo largo de 36 Km. en la playa. El bambú es natural, sólido y se adapta como es espíritu humano. Representará la fuerza, la determinación y la renovación de Khao Lak.

Parece que a pesar de su desgracia, los tailandeses gozan del afecto de millones de turistas que han visitado el país anteriormente. En consecuencia, nosotros pensamos que pronto encontraran la serenidad de antes.

Sin embargo, como muchos voluntarios, nos preguntamos ¿donde han ido a parar los millones recolectados? De hecho, la mayoría de los lugareños toman iniciativas personales (por ejemplo, venden galletas) para auxiliar a los siniestrados. Además, la mayor parte de las ONG que operan en la zona, son respaldadas por sus propios “contactos financieros”). Finalmente, estamos de acuerdo sobre una cosa: cada uno da y hace lo que puede con su corazón y sus tripas. ¡Es de esta manera que muchas buenas intenciones se transforman en grandes logros!

La mayoría de tiendas estaban cerradas y encontrar un alojamiento en Khao Lak no fue cosa fácil. Al encontrar un hotel, había una tienda de buceo que ofrecía un crucero en las islas Similan a precios sin concurrencia. No lo pensamos dos veces, además no íbamos a permanecer aquí debido al malestar de Mónica, entonces decidimos partir en un crucero de 4 días.

No fuimos decepcionados. Pudimos constatar por nosotros mismos que la naturaleza ha sufrido sólo un poco a causa del tsunami. Los fondos submarinos de este parque natural, que forman parte de los más bellos de Asia del sur-este, nos ofrecieron un espectáculo extraordinario. Una visibilidad de 20 a 30 metros, agua transparente de color turquesa, miles de peces, desde el pez payaso (“Nemo”) en su anémona, hasta el tiburón leopardo, sin olvidar a las morenas, los corales de todos los colores, los moluscos, las esponjas, los crustáceos, los reptiles… ¡uf! lo máximo, un verdadero encanto. También nos dimos una vuelta en las islas inhabitadas del parque nacional donde se puede aprovechar de playas idílicas. Gracias a los Elementos, a la Naturaleza y a lo sobrenatural.

Koh Tao, otro paraíso tailandés

Decidimos regresar al sur de Tailandia. No fue cosa fácil, sobre todo para Mónica. Volver a ver las imágenes que dejamos en un momento de dolor (las palmeras, la playa,…). De otro lado, la vida tiene que continuar y la mejor manera de hacerlo es afrontando el presente. Especialmente para remplazar el pasado con nuevos recuerdos, nuevas sensaciones, menos traumáticos.

Koh Tao, una isla en el golfo de Tailandia, es un pequeño paraíso que la industria del buceo ha sabido explotar. Hemos practicado snorkeling y al mismo tiempo Sylvain aprobó su certificado de buceo avanzado. Los fondos marinos son magníficos. A pesar que la visibilidad no era buena debido a las lluvias torrenciales de hace dos semanas antes, la calidad de lo que se podía observar era sin par. Cientos de peces, corales duros y blandos, esponjas, crustáceos y aún más. De la misma manera, Sylvain buceó en Vietnam y en Camboya. Allá, los fondos marinos han sido casi completamente destruidos por la actividad humana. Corales muertos, cantidades pequeñas de peces, cantidad de partículas que impiden una buena luminosidad. Ninguna consideración ecológica de la parte del hombre.

Hoy en día, estamos obligados de declarar una zona como parque natural si no queremos que ésta se transforme en un cementerio debido a la actividad del hombre. Por supuesto que el pescador debe pescar, es su oficio. Pero los corales no se comen, la mayoría de pececillos que viven en este tipo de medio, tampoco. Además, la pesca con dinamita es la más devastadora y funesta para nuestro ambiente. ¿Sabia usted lo que es la pesca con dinamita (o explosivos)? Es la pesca del ocioso y negligente. Y es simple, lanzas una dinamita en el agua, ésta explota en el fondo, matando y destruyendo todo lo que se encuentra alrededor de la zona. No tienes más que recoger los peces muertos que remontan a la superficie, pero todos no suben a la superficie, y la flora marina, menos aún. ¡Éstos permanecen, simplemente muertos allí! Fondos marinos fotografiados por Sylvain

Angkor, un majestuoso sitio arqueológico de Asia: entre ciudadelas perdidas y selva

Si, la cuidad perdida de Angkor, es maravillosa, esplendida y mágica. Si, hay que pasar mínimo una semana. Si, un guía es indispensable para comprender la extraordinaria historia escrita, esculpida, construida durante cinco siglos. ¡Si, Angkor, Angkor, Angkor! ¡Queremos otra vez!

Angkor, son cinco siglos de historia del gran Imperio Khmer que se extendió durante su apogeo, desde Myanmar (Birmania) hasta Vietnam, atravesando Laos y Tailandia. Es al mismo tiempo, una exquisita mezcla artística de budismo e hinduismo.

Sokun, nuestro guía francófono (lengua francesa), nos relató detalladamente la historia de cada una de esas piedras asombrosamente apiladas y esculpidas con escenas religiosas de la vida cotidiana.

Sokun es una auténtica enciclopedia histórica. Tiene la respuesta a todas las preguntas. Su pasado personal, es tan trágico como revelador de lo que representa la vida en Camboya. Único sobreviviente de su familia (su padre era director de una escuela) durante el sanguinario régimen de los rebeldes “Khmer Rouges”, vivió sometido a trabajos forzados en los campos de cultivo. A pesar de esa etapa difícil de su vida, se graduó como médico durante el régimen vietnamita en 1979. Profesión que ejerció por dieciocho años antes de convertirse en guía turístico con la finalidad de poder sustentar a su familia de cuatro hijos. En calidad de médico, ganaba 35 dólares por mes. Un profesor gana 25… Presentemente, Sokun gana 25 dólares ¡por día! ¡Gracias al turismo!. Templo de Angkor Wat durante la salida del sol. ¡Único!

Nada que decir, ¡hay que venir!

S21, el colmo de las atrocidades de treinta años de guerra

Una de las habitaciones de tortura. La foto en la pared muestra lo que los vietnamitas encontraron durante la toma de la prisión. No quedaban más que siete sobrevivientes y catorce cadáveres. 12’000 personas fueron asesinadas, incluido 2’000 niños.

Celda de madera construida en las salas de clase La guerra, ¡dichosos aquellos que no la viven! Al contrario de lo que se podría pensar, ver este tipo de barbaries, nos hace tomar plenamente consciencia de la aberración de estos actos. Te ofende, lastima, enfría y te hace rechazar para siempre cualquier tipo de violencia. A propósito de emociones, el jefe espiritual de los budistas, dice: “En primer lugar, tenemos que venir en conocimiento de cuán nefastas son las emociones y comportamientos negativos, y benefactores las emociones positivas. Esas emociones negativas no son únicamente destructoras con respecto a nosotros mismos, sino también hacia la sociedad y el futuro de nuestro planeta. Esta toma de consciencia refuerza nuestra determinación a afrontarlas y vencerlas.»

Todas las películas hollywoodianas que hayamos podido ver durante nuestra infancia y adolescencia, esconden la realidad humana de una guerra. El lado heroico de esas películas casi incita a hacerla. Mi papá siempre nos prohibió de tener pistolas o armas de juguete cuando éramos niños. Me acuerdo que nos encantaba, a escondidas, ver esas películas y series americanas como “Rambo” o “Las cabezas quemadas” para después ir a jugar con nuestras pistolas cargadas en el viejo barrio de Montreux. Hoy, comprendo mejor la decisión de mi padre de no querer ninguna arma bajo su techo, ¡Sea de plástico o de metal! Esos males (armas, guerras, dictaduras, etc.) deben ser suprimidos desde la raíz.

Lo peor de la guerra, es su presencia permanente en nuestro planeta. Mismo hoy, siembra el dolor y el pánico, en numerosos países, y siempre por intereses religiosos y/o económicos. ¡Solamente odio y desolación!

« S21 » (Prisión de seguridad 21) fue una escuela transformada en campo de concentración y tortura, por los rebeldes “Khmers Rouges” en 1975. Los “Khmers Rouges”, infligieron con severidad sobre todo Camboya, entre 1975 y 1979. Estos revolucionarios maoístas, exterminaron su propio país de unos dos millones de personas, asesinando todo lo que podía entorpecer la buena marcha de su revolución agraria. Es decir, intelectuales, gente de grado de la armada o la policía, médicos, profesores, cuatro ojos, empresarios, ¡todo el mundo! Luego, la guerra continuó hasta 1993 entre vietnamitas y opositores camboyanos. Es notablemente durante ese periodo que Camboya se convierte en el territorio más minado del mundo. Detrás de esta guerra, se esconden las grandes potencias mundiales (USA, Ex-URSS y China) sin éstas, no habría armas para atacar. La misma historia de siempre.

Camboya es el país que más me agradó en la región de Asia del sur-este. ¿Por qué? Lo ignoro, simplemente así lo siento. Admiro a este pueblo con un pasado doloroso, que ha sufrido tanto, y que acoge tan calurosamente al visitante, especialmente fuera de las ciudades de Phnom Penh y Siam Reap.

Arribada a Camboya: de nuevo viajando como se quiere

Policía de la aduana en Phnom Den. Su inglés es digno de mención. Ya lo hemos mencionado antes, pero pasar la frontera por vía terrestre es asombroso. Hay algo irracional que se esconde. Como explicar que de una frontera a la otra, el panorama puede cambiar tan radicalmente. La gente, las rutas, las tiendas, la vida cotidiana y mismo los paisajes. Pasamos la frontera entre Vietnam y Camboya (sur). Allí, una aduana ha sido recién abierta para los extranjeros. El único transporte accesible es la moto (escúter) o taxi privado. A parte de los habitantes, no vimos ningún turista. Ahí, uno se da cuenta de la diferencia antes mencionada. El lado vietnamita cuenta con una aduana y oficinas lujosamente equipados (maquina de Rayos x, etc.). Sobre la carretera asfaltada se pueden contemplar grandes letreros deseando “feliz viaje” en vietnamita e inglés. En el momento en que se pisa tierra camboyana, la carretera asfaltada se trasforma en pista de arena, las oficinas de aduana son casetas y chozas minúsculas y los vehículos son remplazados por carretas tiradas por animales de carga. Esta claro que pocos turistas han pasado por esta frontera (turista = dólar = desarrollo). No hay nadie que te venga a cambiar un Dong (moneda vietnamita) por un Riel (moneda camboyana) a un porcentaje ilegal, argumentando que después será imposible de hacer el cambio monetario. ¡He aquí un puesto de aduana que los viajeros independientes aprecian! .

Otro cambio categórico, es el idioma. El alfabeto cambia y la cantidad de personas que chapurrean el inglés, se puede contar con los dedos de una mano. Por lo tanto, nos sumergimos de nuevo en las páginas de idiomas de nuestra guía de viaje para poder comunicarnos. Con una veintena de palabras y cifras, uno se las arregla tranquilamente. El único problema es que los naturales creen ingenuamente que uno comprende su idioma, mientras que tu sólo dices “cuanto”, “hasta”, “a que hora viene el bus”, etc. Se lanzan en grandes discursos y conversaciones, acentuados por una gran sonrisa de tu parte, como muestra de “comprensión”.

Luego, tomamos de nuevo un escúter taxi (1 hora y media de pista con el bolso en la espalda) hasta el próximo cruce (Angk Tasaom) en el cual se encontraban los minibús. De ahí, tomamos un minibús hasta Kampot, pequeña ciudad costera en donde pasamos unos días. Alquilamos una MotoCross 250 cm3 para ir a una jungla vecina. Ya hemos visitado la selva anteriormente pero ésta era simplemente impresionante por su densidad y su riqueza vegetal y animal. . Notablemente un pájaro gigante haciendo el ruido de un ala delta con sus alas, a cada batimiento.

Hablando de manera general, Camboya sufre de muchos males sociales. Los campos minados, la corrupción, los cazadores clandestinos, el analfabetismo. Siempre las mismas tristes constataciones sobre nuestra raza, que muchas veces, da ansias de rebelarse.

Al borde de una crisis de nervios a causa de los taxistas

Un proverbio dice: el hombre es el depredador del hombre. Humanista a convicción, creo profundamente en el hombre en cuanto a su subsistencia y su futuro. Y de otra parte, en los elementos que se evaden de nuestra percepción aún demasiado centrada en sobre un cerebro desconocido por la ciencia. Sin embargo, debo resignarme y admitir que una clase de gente completamente maliciosa, existe. Se trata de los choferes de taxi (carreta, moto-taxi, etc.). Dejar pelado al visitante, estafando con agresividad, mentiras e ironía, parece una actitud universal para esta especie de gente malsana.

Y lo afirmo sin ninguna consideración hacia una patria o cultura. Por todas partes, hasta hoy, los hemos encontrado, como buitres que esperan ansiosamente poder arrojarse sobre su presa. Me pregunto si no se trata de uno de los aspectos más duros y difíciles del viaje. Creo que si, porque se trata del hombre. Como en todas las manadas siempre hay ovejas negras.

Afortunadamente, también existen los taxistas que son una bendición para los que se cruzan en su camino. Se llaman Sanju (ver noticia del 10-septiembre-2004), Shakil (ver noticia del 23-octubre-2004) y mismo el joven taxista puesto a nuestra disposición por “Yangon Airways” para llevarnos de la cuidad de Kyaingtong a Tachilek. Sería una falta grave no rendirles homenaje. ¡Que se propaguen a profusión! Chofer de triciclo vietnamita en pleno reposo

Saigon, entre tradición y modernismo

Vietnam es también el país de la copia. Ciertamente el más avanzado, así como China. Copian de todo. Se copian entre ellos mismos. Para darles un ejemplo, existe una agencia de viajes bien conocida y eficaz que se llama “Singh Café”. Pues en la cuidad de Hanoi, hay “Singh Cafés” en cada rincón de las calles, con todo y logo. Pero la verdadera es sólo una.

Los DVD de películas recientes cuestan 1$. Los bolsos y carteras de marcas como Gucci, Louis Vuitton, Burberry y otros, cuestan entre 5 a 10$. Además, estas copias son de excelente calidad. Monje budista, golpeando la campana para dar buena suerte a los fieles presentes en la pagoda de Giac Lam en Saigon

Saigon, fin de nuestra desventura con los tiburones del turismo vietnamita

¡Listo! En Saigon (u Ho Chi Minh City para los partidarios) se terminaron nuestros duros viajes con la compañía de bus “Anh Phu” que casi lograron hacernos detestar Vietnam, gracias a su antipatía y brusquedad.

En Saigon, pudimos experimentar los servicios de una mejor agencia: “Singh Café”, haciendo un recorrido interesante de la cuidad. Entre templos, mercados y museos.

Notablemente visitamos el museo de crímenes de guerra americanos. Es el único museo donde se puede una persona se puede informar de este trágico episodio de la historia de Vietnam. Nos preguntamos si este tipo de atrocidades vale la pena de ser visto. Hablemos de Paz en vez de guerra. Es verdad, vivir un tal momento conmueve, lastima y mismo da asco. Pero nos hace tomar consciencia del horror de la guerra y más bien nos convence a luchar contra ésta. En la guerra, el hombre mata al hombre, eso es lo peor de lo peor. Ninguna palabra, ningún sentimiento puede traducir esta infamia. Sobre todo cuando se analiza su funcionamiento. Unas personas muy bien resguardadas, envían jóvenes al frente de la batalla, en nombre de un falso ideal con la finalidad de proteger los intereses de una minoría de individuos. El interés, he aquí la llave de las más infames decisiones militares. La vida importa poco en este caso. Constatar que la guerra continúa aún hoy en día en numerosos países, causa profunda tristeza.

Pequeña anécdota:

¿Sabías que los Viet Cong excavaron túneles para atacar a los soldados americanos? Hoy en día, para que los turistas, notablemente americanos, puedan visitarlos, han tenido que agrandarlos para que correspondan a la anchura, a menudo más gordinflona del hombre occidental. Por el dinero ¡todo es posible! Ejemplo de la vida cotidiana en Saigon