Archivo por meses: julio 2005

Utila y la magia del Caribe

Después de un largo viaje en bus, llegamos a La Ceiba desde donde tomaríamos el barco para ir a la isla de Utila. El objetivo principal era que Sylvain hiciera unos cuantos buceos recreativos durante 3 días, puesto que este lugar es muy reputado por ser el más barato para bucear o hacer un aprendizaje de buceo.

Finalmente permanecimos 11 días en Utila. Una vez que llegamos a la isla, fuimos al centro de buceo que Sylvain había escogido, en el cual Mónica conoció a Noa, una instructora holandesa que le transmitió mucha confianza y seguridad. No sabemos cuándo ocurrió el milagro, Mónica aceptó de comenzar un curso llamado “Iniciación al buceo”. Todo se desenvolvió tan bien que ella decidió de proseguir el curso y obtuvo su primer certificado PADI “Open Water”. Al mismo tiempo, Sylvain buceaba para mejorar sus conocimientos sobre los fondos marinos y en Utila, éstos son simplemente esplendidos. Existen cantidades de plantas y corales, pequeños y grandes peces tropicales, invertebrados, etc. Un mundo que cualquier buceador desea descubrir.

Pero ahí no termina todo, después que Mónica pudo superar el miedo al agua gracias a la obtención de su certificado de buceadora, ella continuó el curso avanzado PADI “Advanced” y luego efectuó una especialización en flotabilidad. Una vez terminados todos esos cursos, pudimos disfrutar de algunos buceos recreativos juntos “he aquí una nueva afinidad en nuestra pareja”. ¡Bravo Chi! ¡El viaje forma la personalidad!

A aquello hay que agregar el buen ambiente de la población de esta pequeña isla del Caribe que presenta la particularidad de tener dos idiomas hablados al mismo tiempo: el inglés del Caribe y el español. Además la suerte nunca viene sola, llegamos a la isla durante el festival anual. Durante 8 días, espectáculos y animaciones subrayaron las noches acaloradas y llenas de estrellas que terminaron el sábado en una gran caravana. Todo esto ocurrió en la pista de la isla que no es más ancha que para cruzarse en bicicleta y que no hace más que 3 kilómetros. Era mágico, tanta espontaneidad y alegría de vivir que nos fuimos colmados de energía. Vista desde nuestra habitación “pies en el agua”

Semuc Champey, entre riberas y rocas

Continuamos nuestra ruta junto con Esteban, un argentino que conocimos en la frontera de México con Guatemala. Su itinerario era parecido al nuestro.

Llegamos bien temprano por la mañana a Semuc Champey. Semuc significa ribera y Champey roca o montañita. Pensábamos permanecer aquí sólo por un día pero el lugar era tan bello que nos quedamos dos días y medio.

A penas llegados, con unas cuantas velas y vestidos con ropa de baño, penetramos como si fuésemos espeleólogos, en la cueva de “K’an Ba” (la principal atracción de Semuc Champey). Teníamos la impresión de estar en el hocico de un dinosaurio. En la entrada de la cueva se encuentra una colonia de murciélagos que te pone los pelos de punta. Sucesivamente a medida que avanzábamos en la cueva, teníamos que nadar (con la vela en la mano), escalar en una cuerda y caminar rodeados de un decorado de estalactitas. A mitad de camino, los que querían, tenían la opción de sumergirse en un hueco para salir en una cuenca adyacente (bastante peligroso según Sylvain que se estremeció cuando la mitad de su cuerpo se atrancó debido a la estrechez del pasaje que une los dos orificios (cubiertos de agua abundante). Luego avanzamos hasta que encontramos formaciones de piedra caliza con formas de sombrero mexicano y de mesa. Pasamos también por un pequeño hueco sumergidos dentro del agua y reteniendo la respiración. En ese tiempo la cantidad de agua era abundante debido a la estación lluviosa.

Una vez que llegamos a la salida de la cueva, atravesamos la vegetación de la jungla hasta llegar a un mirador. En la cima descubrimos una vista magnifica: cuevas, montañas y el sitio de Semuc Champey. Al día siguiente volvimos a la cueva pero esta vez exploramos más de 3 km. y medio al interior de ésta. Aquí pasamos nuestra última noche en compañía de Esteban. Esteban arriba, Sylvain y Mónica y nuestro guía maya, Federico Pop

Esteban en pleno ascenso

Sylvain posando bajo un sombrero tallado al natural»

Las piscinas naturales de Semuc Champey»