Semuc Champey, entre riberas y rocas

Continuamos nuestra ruta junto con Esteban, un argentino que conocimos en la frontera de México con Guatemala. Su itinerario era parecido al nuestro.

Llegamos bien temprano por la mañana a Semuc Champey. Semuc significa ribera y Champey roca o montañita. Pensábamos permanecer aquí sólo por un día pero el lugar era tan bello que nos quedamos dos días y medio.

A penas llegados, con unas cuantas velas y vestidos con ropa de baño, penetramos como si fuésemos espeleólogos, en la cueva de “K’an Ba” (la principal atracción de Semuc Champey). Teníamos la impresión de estar en el hocico de un dinosaurio. En la entrada de la cueva se encuentra una colonia de murciélagos que te pone los pelos de punta. Sucesivamente a medida que avanzábamos en la cueva, teníamos que nadar (con la vela en la mano), escalar en una cuerda y caminar rodeados de un decorado de estalactitas. A mitad de camino, los que querían, tenían la opción de sumergirse en un hueco para salir en una cuenca adyacente (bastante peligroso según Sylvain que se estremeció cuando la mitad de su cuerpo se atrancó debido a la estrechez del pasaje que une los dos orificios (cubiertos de agua abundante). Luego avanzamos hasta que encontramos formaciones de piedra caliza con formas de sombrero mexicano y de mesa. Pasamos también por un pequeño hueco sumergidos dentro del agua y reteniendo la respiración. En ese tiempo la cantidad de agua era abundante debido a la estación lluviosa.

Una vez que llegamos a la salida de la cueva, atravesamos la vegetación de la jungla hasta llegar a un mirador. En la cima descubrimos una vista magnifica: cuevas, montañas y el sitio de Semuc Champey. Al día siguiente volvimos a la cueva pero esta vez exploramos más de 3 km. y medio al interior de ésta. Aquí pasamos nuestra última noche en compañía de Esteban. Esteban arriba, Sylvain y Mónica y nuestro guía maya, Federico Pop

Esteban en pleno ascenso

Sylvain posando bajo un sombrero tallado al natural»

Las piscinas naturales de Semuc Champey»