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La belleza fenomenal de Río de Janeiro… “Si vas a Río, mueres…”

Antiguamente llamada Guanabara. Río de Janeiro se tiene que ver, oler y tocar. Superpoblada, contaminada e indudablemente peligrosa, Río hipnotiza con la suntuosidad de su zona sur, el Pan de azúcar y el Corcovado, sin dejar de lado las míticas playas de Copacabana e Ipanema.

Sin embargo, no tuvimos más que un día soleado en el que aprovechamos del sol de Río. De hecho, los cambios climáticos son mundiales. Para nuestro gran desconcierto, durante nuestra estadía en Río, tuvimos un tiempo nublado y lluvioso, hasta una lluvia torrencial que sembró el caos en la ciudad. Más de 2 horas de viaje en bus para regresar a casa de Kamilah y Regis, mientras que 1 hora es suficiente para llegar desde el centro. Inmediatamente las calles se inundaron arrastrando basura y otros escombros.

Río es también sinónimo de Maracaná, el más grande estadio del mundo (cerrado por rehabilitación) que simboliza la pasión de los brasileros por el fútbol, sin olvidar la Samba y la Caipirinha (bebida alcohólica).

De otro lado, hay que remarcar una cuestión flagrante, los niños callejeros de aproximadamente 10 años a más, dan miedo en Brasil. Te exigen de una manera agresiva y no sabes de lo que son capaces. Algunos de ellos están armados (puesto que libre posesión de armas en Brasil). Nunca habíamos sentido esa intranquilidad en otro país. Para aquellos que quieran darse una idea de la realidad de los niños de “favela”, pueden dar un vistazo a la película “La ciudad de Dios”. Estatua gigante del Cristo redentor (Corcovado) uno de los símbolos de la ciudad

Vista asombrosa sobre Río de Janeiro, aquí sobre el Pan de azúcar y la playa de Botafogo

Río de Janeiro, un bello lugar y la más linda gente: Kamilah y Regis

Río de Janeiro… ¡Para algunos, la ciudad más bella del mundo!

Moramos más de 10 días en casa de la hija de Júnior y Deborah, nuestros anfitriones de Manaus. Kamilah y su esposo Regis, un carioca de pura cepa, nos recibieron en su hogar con los brazos abiertos.

Ellos habitan en un suburbio urbano como en todas las megalópolis. El contraste reside en las bien famosas y peligrosas “favelas” (barriadas de Río) que se han esparcido por toda la ciudad con sus violentas historias que hoy en día se han transformado en fenómenos de sociedad tristemente comunes. Desde el apartamento de Kamilah y Regis, mientras cenábamos, oímos detonaciones (como el sonido de fuegos artificiales). Ellos nos explicaron que ese sonido servía para anunciar la llegada de la policía o de cargamento de droga en la favela. También a menudo ellos oían disparos ya que diferentes “favelas” están en guerra entre ellas mismas. Lo más desatinado es que estas mismas barriadas albergan las mejores escuelas de Samba del país, aquellas que desfilan durante el famoso Carnaval de Río. Como no pudimos reunir todas las garantías de seguridad necesarias para presenciar un ensayo de samba, preferimos no asistir. He aquí una buena razón para volver a Río un día.

Pero volvamos al tema de Kamilah y Regis. Decir que hicieron todo lo posible para hacernos sentir bien, sería poco para explicar la manera como nos acogieron. ¡Los brasileños son definitivamente altruistas y cordiales! Kamilah es estudiante en la facultad de fisioterapia y Regis en derecho. Este último es igualmente militar de carrera y un gran deportista, además de surfeador experimentado. Es la ocupación de militar que le permite sustentar su hogar, así como sus estudios y los de su esposa.

Regis nos recibió diciéndonos que « su casa era nuestra casa » y por un « lógico » (por supuesto) a cada una de nuestras demandas. Siempre sonriente, listo para ayudar o hacer un favor y para aprender, Regis nos hizo sentir cómodos en su hogar. Rápidamente Sylvain encontró muchas afinidades con Regis: Sport, Surf que no es un deporte sino un modo de vida, música…, y tantos otros aspectos que el tiempo nos era corto. En cuanto a su esposa, Kamilah, su tierna dulzura nos conmovió, así como también su devoción. Mismo sacrificó algunos días de cursos para permanecer con nosotros asegurándonos que no habría consecuencias para sus estudios. Esto sin mencionar las lasañas, las gelatinas, el pudín de leche y otros platos que ella nos cocinó. A aquello podemos adicionar la gran abertura de espíritu, la amplia cultura general y la gran dedicación de Kamilah y Regis, para que pasemos una estadía de las más inolvidables.

Describir los momentos que pasamos en su compañía durante esos diez días sería imposible. Lo más simple es decir que una dulce alquimia se instaló y propagó entre nosotros”.

En cuanto a su vida profesional, ellos son un ejemplo de la clase media brasileña que lucha día tras día en el seno de una sociedad desigual y que, con un mínimo de ambición sueña con un futuro mejor. Sea cual sea su futuro, ellos son felices como la mayoría de latinoamericanos.

De igual manera, fuimos cordialmente recibidos por los padres y la hermana de Regis. El padre ya está jubilado sin embargo todavía trabaja. Aquí no es raro efectuar dos o tres oficios durante la vida laboral activa y de continuar trabajando una vez jubilado. Su caso es casi el mismo de todos los jubilados que hemos conocido.

Durante nuestra estadía en Río, tuvimos el gusto de volver a ver a Manolo, el enamorado de Neuza. Venía directamente desde España para verla. Pasamos una agradable noche junto a Manolo en casa de Kamilah y Regis antes que éste partiera para Belo Horizonte.

Belo Horizonte, capital de piedras preciosas y su inestimable Neuza

¡Esta vez tuvimos suerte! Viajamos en avión desde Salvador de Bahía hasta Belo Horizonte ya que encontramos un vuelo (en Internet) con la compañía “Gol” casi idéntico al precio del boleto de bus. En cambio de 23 largas horas de bus ¡1 hora y media de avión!

Neuza, una brasileña con quien viajamos 3 semanas en compañía de su enamorado Manolo, en India y Nepal durante nuestro recorrido en Asia en el 2004, nos esperaba junto con su amiga Santa, en el aeropuerto de Belo Horizonte. Es la primera vez en nuestro viaje que alguien nos espera en el aeropuerto. ¡Hay que admitir que es bastante agradable!

Pasamos una bonita semana en compañía de Neuza. Tuvimos la suerte de participar a su fiesta de despedida, organizada por sus colegas de trabajo. Imagínense, jubilada a los 51 años ¡que suerte!

El resto de la semana que pasamos en su compañía fue repartido entre reposo en su encantador apartamento situado sobre una colina con vista sobre toda la ciudad, y paseos en los alrededores. Partimos llenos de obsequios y recuerdos de esta bella semana al lado de Neuza.

Mientras que estábamos en Belo Horizonte, acontecieron las elecciones nacionales para determinar si la venta y posesión de armas deberían permanecer libres o controladas. En dos palabras: “Para o contra las armas”. Desgraciadamente (para nosotros) el pueblo votó “por”. Juzgamos que los actos de violencia son devastadores para la sociedad. Aquí cualquier persona saca un revólver y tira. La manipulación política, los intereses de los vendedores de armas y la mala información al pueblo son ciertamente las causas de esta elección. Para darles un ejemplo, el hermano de Neuza fue víctima de 2 balas mientras orinaba. Un borracho que pasaba por ahí le disparó creyendo que éste estaba orinando en el muro de su casa. Afortunadamente el hermano de Neuza sobrevivió pero muchos otros no tuvieron esa suerte. A la derecha: Neuza, Chi y Sylvain

A la izquierda: Santa, amiga de Neuza

Emanuela, dulzura y quietud de una joven de Bahía

En Salvador conocimos a Emanuela, también amiga de Neuza (a quien conocimos en India en noviembre 2004 durante nuestro viaje en Asia). Después de 3 días en casa de Lucas fuimos a casa de Emanuela quien vive con su novio Neto en un confortable apartamento. Ella es estudiante en la facultad de enfermería y Neto militar de carrera y al mismo tiempo estudiante de educación física.

El primer día, pasamos una amena tarde en compañía de Emanuela y de su tía Tieta. Junto con ellas descubrimos muchos lugares interesantes en las afueras del centro de Salvador, entre ellos la iglesia Bonfim, Montserrat, Mercado Modelo, Solar de Unhao y el farol da Barra. Además en Salvador, siempre se podrán apreciar grupos de “Capoeira” mostrando mediante la danza su arte marcial.

De otro lado, con ella y su novio Neto, visitamos Dique do Tororo (una laguna con estatuas de dioses africanos), la Lagoa do Abaeté (playa de arena blanca y lagunas) y el centro comercial Aeroclub en el que asistimos a demostraciones de Forro-Lambada. ¡Genial!

Comimos el famoso churrasco brasilero acompañado de frijoles, arroz y harina ¡una delicia! Y después del almuerzo dimos un paseo a lo largo de la playa de Jardim de Alah en donde se producía la final del mundial de Voley de playa.

Salvador posee muchos puntos interesantes y descubrirlos con sus habitantes es un sueño. ¡GRACIAS a Emanuela y Neto por hacerlo realidad! Emanuela, Neto y su gatita Cristal

Salvador de Bahía, construido por los esclavos y patrimonio de la humanidad (UNESCO)

Lastimosamente, la esclavitud habrá servido para construir los sitios clasificados como patrimonio mundial de la humanidad como por ejemplo las Pirámides en Egipto, el Taj Mahal en India, Salvador de Bahía en Brasil, etc.

Antigua capital de Brasil, Salvador es la cuna de las tradiciones culinarias, religiosas y musicales de gran notoriedad mundial. Por eso, la visita de esta ciudad es indispensable.

En Salvador se encuentra Pelourinho, una de los más importantes arquitecturas de estilo barroco del hemisferio sur, clasificado por UNESCO. Comprende notablemente la iglesia “Rosario dos Pretos” (Rosario de los negros…) construida por los esclavos en el siglo XVIII. Calles de Pelourinho en Salvador

Salvador de Bahía, Lucas y sus abuelitos

En Salvador nos esperaba Lucas, un joven de 24 años que vive con sus abuelos. Ellos nos recibieron de maravilla. Su abuelo de 82 años nos mostró con orgullo las recompensas y premios de sus numerosos años de servicio, todavía trabaja y acaba de cumplir el año pasado 50 años de labor en el “Hotel Tropical”, un hotel de lujo en Salvador.

Con Lucas, vimos cuán difícil es de encontrar un trabajo sin ser recomendado. Afortunadamente Lucas fue ayudado por un senador para obtener su primer trabajo como técnico en computación, un trabajo que le brinda sustento más que satisfacción, aquí trabajar solamente significa sobrevivir. Muchos sueñan de “el dorado” que es Europa o Estados Unidos, nos preguntamos cómo es posible que existan personas desdichadas teniendo la suerte de vivir en este “el dorado”.

Lucas nos prestó su cuarto y su cama mientras que él dormía sobre un colchón en la habitación que servía de sala, comedor y corredor. Otra jovencita danesa también estaba en su casa, ella también dormía en la sala- comedor. Era como una invasión. Admiramos a Lucas y a sus abuelitos por acoger a cualquier extranjero que precisa de hospitalidad. Eso demuestra que uno siempre se puede acomodar mismo si se vive modestamente. ¡Bravo! Compartir es la más bella lección que ellos nos regalaron.

Aquí también comimos deliciosas especialidades que su tía cocinaba especialmente par nosotros. Entre ellas la famosa “Feijoada” y “Carne do sol”. Lucas y sus abuelos

Tarde peruana en Natal: Vera y Mary

En Natal conocimos también a Veracilda, una amiga de nuestra amiga Neuza (a quien conocimos en India en noviembre 2004 durante nuestro viaje en Asia). Con Vera, nos encontramos para tomar una bebida. Ella vino a buscarnos en su carro junto a su amiga Mary. Es durante el camino para ir al centro mientras nos presentábamos, que nos dimos con la grata sorpresa que Monica y Mary vienen del mismo departamento en Perú, es decir de Piura. ¡Indudablemente el mundo es pequeño! Inútil es decirles que la noche fue atrozmente encantadora y corta para intercambiar con esas dos bellas personas. Por esa razón mientras que ya habíamos concluido de partir al día siguiente para Pipa, una pequeña región balnearia del sur de Natal decidimos de volver a Natal para pasar más tiempo en compañía de Vera y Mary.

Después de nadar con los delfines del mar de Pipa (¡En serio! ¡No es mentira!), volvimos a la ciudad de Natal en donde nos esperaban Vera y Mary. Mary nos invitó a su casa para pasar una tarde peruana aprovechando que era el “Día de los Niños” (uno de los numerosos feriados brasileros). Su esposo Lucho, así como sus tres hijos Antonio, Luís y Diego nos brindaron una cálida bienvenida. Celebramos igualmente el cumpleaños de Vania, una amiga de la familia.

En el menú: “Ceviche” “Causa rellena” y “Arroz con pollo”. Era la primera vez desde nuestra partida en agosto del 2004 que comíamos de nuevo platos peruanos. Pasamos una linda tarde conversando sobre Brasil, Perú y América latina en general. Después del almuerzo, tratamos de aprender algunos pasos de danza al ritmo del “Forro” el estilo musical de Natal. ¡Gracias a ellos por esos dichosos momentos!

En Brasil no logramos respetar los plazos de nuestro itinerario de viaje, algunas veces hasta cambiamos de opinión varias veces en el mismo día. Es imposible saber de antemano a donde vamos a ir. “Carpe Diem” ¿Les inspira algo? ¡Qué libertad!

De otro lado, es interesante el hecho de estar a la escucha de lo que nos cuentan nuestros semejantes, de ese modo comprendemos mejor lo que pasa en su vida cotidiana y en la sociedad. Por ejemplo, Vera nos explicó que ella debe cambiar de ruta regularmente para acudir a su trabajo. El hecho que ella trabaje en un banco aumenta las probabilidades de ser un blanco potencial para los bandidos. El mismo banco da cursos a sus empleados para garantizar su seguridad personal. Esa es la realidad en Brasil. De izquierda a derecha arriba: Antonio, Vania, Chi, Lucho

De izquierda a derecha abajo: Mary, la prima de Vania, Vera con Diego, Sylvain y Luís

Tapioca y Feijoada de Natal

Cómo no evocar nuestra estadía en Natal sin mencionar a la mamá de Carol. Como nuestro portugués estaba aún en sus inicios, nos hemos comunicado de manera bastante básica lo cual no nos causó muchos problemas puesto que los brasileños utilizan mucho los gestos en su habitual manera de expresarse.

Ella nos cocinaba en abundancia, deliciosos platos típicos como por ejemplo el famoso “Tapioca” al natural o mixto, “Cuscus” y el pan nuestro de cada día o “Feijoada” (una especie de menestra).

Para nosotros es realmente una dicha de poder cohabitar con la gente local y además de eso experimentar las comidas locales preparadas por una madre de familia. La palabra “GRACIAS” es ciertamente demasiado poco para expresar el agradable sentimiento que nos llena día a día en este enorme… BRASIL. De izquierda a derecha: el compañero de la mamá de Carol, la mamá de Carol, Chi y Sylvain

En Buggy (4×4) sobre las dunas de Genipabu ¿Con o sin emoción???

En compañía de Carol y de su primo Sebastião visitamos la playa de Natal, el fuerte “Forte dos Reis Magos” y las dunas de Genipabu.

Antes de atravesar el brazo de mar que conecta Natal a Genipabu, contratamos a un “buguero” (conductor de todo-terreno o 4×4). El trayecto hacia las dunas de arena de Genipabu fue casi idéntico al de Lencois de Marenhenses, es decir lleno de emoción y vértigo. Todos juntos nos subimos en el pequeño vehículo del chofer-guía-animador el cual gustaba mucho satisfacer a sus clientes. Durante más de una hora hemos sido literalmente zarandeados y sacudidos en todos los ángulos y direcciones posibles sobre las dunas de arena de Genipabu. ¡Alucinante! .

Una vez llegados “sanos y salvos” a la playa de Genipabu, Sylvain experimentó el surfing sobre arena lo cual no lo convenció mucho ya que parecía más una atracción turística que deporte de deslizamiento. De izquierda a derecha: Carol, Chi, el “buguero” y Sebastião

Natal, su eterno verano y la hermosa sonrisa de Carol

Después de 36 horas de bus… por fin llegamos a la ciudad de Natal en donde nos esperaba Carol con su enamorado Fabio. Nos vinieron a buscar al Terminal de ómnibus y fuimos juntos a casa de ella. Carol es licenciada en marketing y trabaja como recepcionista en uno de los numerosos hoteles de la ciudad. La vida en Brasil es una lucha cotidiana, no existen muchas fuentes de trabajo para una población considerablemente grande y la educación superior no permite forzosamente de encontrar un empleo adecuado. Carol en una laguna de las dunas de Genipabu