Río de Janeiro, un bello lugar y la más linda gente: Kamilah y Regis

Río de Janeiro… ¡Para algunos, la ciudad más bella del mundo!

Moramos más de 10 días en casa de la hija de Júnior y Deborah, nuestros anfitriones de Manaus. Kamilah y su esposo Regis, un carioca de pura cepa, nos recibieron en su hogar con los brazos abiertos.

Ellos habitan en un suburbio urbano como en todas las megalópolis. El contraste reside en las bien famosas y peligrosas “favelas” (barriadas de Río) que se han esparcido por toda la ciudad con sus violentas historias que hoy en día se han transformado en fenómenos de sociedad tristemente comunes. Desde el apartamento de Kamilah y Regis, mientras cenábamos, oímos detonaciones (como el sonido de fuegos artificiales). Ellos nos explicaron que ese sonido servía para anunciar la llegada de la policía o de cargamento de droga en la favela. También a menudo ellos oían disparos ya que diferentes “favelas” están en guerra entre ellas mismas. Lo más desatinado es que estas mismas barriadas albergan las mejores escuelas de Samba del país, aquellas que desfilan durante el famoso Carnaval de Río. Como no pudimos reunir todas las garantías de seguridad necesarias para presenciar un ensayo de samba, preferimos no asistir. He aquí una buena razón para volver a Río un día.

Pero volvamos al tema de Kamilah y Regis. Decir que hicieron todo lo posible para hacernos sentir bien, sería poco para explicar la manera como nos acogieron. ¡Los brasileños son definitivamente altruistas y cordiales! Kamilah es estudiante en la facultad de fisioterapia y Regis en derecho. Este último es igualmente militar de carrera y un gran deportista, además de surfeador experimentado. Es la ocupación de militar que le permite sustentar su hogar, así como sus estudios y los de su esposa.

Regis nos recibió diciéndonos que « su casa era nuestra casa » y por un « lógico » (por supuesto) a cada una de nuestras demandas. Siempre sonriente, listo para ayudar o hacer un favor y para aprender, Regis nos hizo sentir cómodos en su hogar. Rápidamente Sylvain encontró muchas afinidades con Regis: Sport, Surf que no es un deporte sino un modo de vida, música…, y tantos otros aspectos que el tiempo nos era corto. En cuanto a su esposa, Kamilah, su tierna dulzura nos conmovió, así como también su devoción. Mismo sacrificó algunos días de cursos para permanecer con nosotros asegurándonos que no habría consecuencias para sus estudios. Esto sin mencionar las lasañas, las gelatinas, el pudín de leche y otros platos que ella nos cocinó. A aquello podemos adicionar la gran abertura de espíritu, la amplia cultura general y la gran dedicación de Kamilah y Regis, para que pasemos una estadía de las más inolvidables.

Describir los momentos que pasamos en su compañía durante esos diez días sería imposible. Lo más simple es decir que una dulce alquimia se instaló y propagó entre nosotros”.

En cuanto a su vida profesional, ellos son un ejemplo de la clase media brasileña que lucha día tras día en el seno de una sociedad desigual y que, con un mínimo de ambición sueña con un futuro mejor. Sea cual sea su futuro, ellos son felices como la mayoría de latinoamericanos.

De igual manera, fuimos cordialmente recibidos por los padres y la hermana de Regis. El padre ya está jubilado sin embargo todavía trabaja. Aquí no es raro efectuar dos o tres oficios durante la vida laboral activa y de continuar trabajando una vez jubilado. Su caso es casi el mismo de todos los jubilados que hemos conocido.

Durante nuestra estadía en Río, tuvimos el gusto de volver a ver a Manolo, el enamorado de Neuza. Venía directamente desde España para verla. Pasamos una agradable noche junto a Manolo en casa de Kamilah y Regis antes que éste partiera para Belo Horizonte.