Día de la catástrofe: Tsunami en Koh Phi Phi (Continuación)

Advertencia

Lo que está escrito más abajo es el relato subjetivo de nuestra propia experiencia vivida.

Profundamente afectados por esta tragedia, queremos expresar nuestra compasión a todos aquellos que la hayan vivido de cerca o de lejos. Antes que nada queremos disculparnos ante todos aquellos a quienes podríamos lastimar a causa de una interpretación errónea o por las fotos publicadas. Todavía curamos nuestras heridas. Entonces decidimos de ir a buscar agua para los heridos y todas las personas que comenzaban a sufrir de deshidratación. En un supermercado que se encontraba cerca de ahí encontramos algunas bebidas en los escombros del inmueble abollado. Llenamos un saco grande de alimentos y bebidas y volvimos a subir a la colina. Una vez que llegamos, los rumores sobre lo que estaba ocurriendo y lo que todavía iba a ocurrir estaban a la orden. Desde entonces, permanecimos juntos con Adrien y Yann los dos franceses. Después de algunos instantes, volvimos a nuestro bungalow en donde nos instalamos los cuatro. Un belga curaba las heridas de una joven mexicana, así como a una pareja de húngaros que se escaparon de la muerte por un pelo puesto pudiendo nadar en el fango, un milagro. Ayudamos a limpiar las heridas de la mexicana que se encontraba de luna de miel (su marido esta desaparecido) y ayudamos moralmente a la pareja húngara. La mujer estaba traumatizada, de suerte pudo agarrarse a la pierna de su marido mientras que se encontraba completamente bajo el agua y luego a su cinturón. Se salvo de esta manera. Ellos ya habían venido a la isla en otra oportunidad, en ese entonces el húngaro había perdido a su hermana y debió entonces truncar sus vacaciones. Esta isla les había aportado desgracia.

Muchas veces durante la tarde, gente corriendo despavoridamente hacia la colina nos incitaban a ir hacia la colina. Pero a cada vez guarde la calma y decía que no teníamos que caer en el pánico y la desesperación, puesto que el mar se había calmado. Fue una buena idea puesto que nada más aconteció. Nos encontrábamos en nuestra cabaña a 30 metros de altitud por lo cual mismo si otra ola venia, teníamos tiempo para irla y correr hacia la colina. Comprobamos luego que pillos y piratas tailandeses comenzaron a intimidar haciendo huir a la gente para luego poder saquear sus habitaciones. Los suecos que estaban en el bungalow de al lado habían dejado la puerta abierta para que la pareja de húngaros pudieran permanecer ahí. Es en ese momento que ladrones robaron su dinero y pasaportes. Otros dos franceses, Jimmy y Hassan se juntaron con nosotros. Mas tarde baje de nuevo hacia el pueblo para buscar comida e informarme del avance de la situación. Habían cadáveres en todas partes. Se oía el helicóptero que llevaba a los heridos de Phi-Phi a la ciudad de Phuket. Encontré víveres en lo que quedaba de los supermercados y escuche que ya no corríamos riesgo y que podíamos conducir a los heridos en la playa. Otros insistían para que permaneciéramos en la colina con el pretexto de una inminente ola. En realidad era una excusa para robarnos. Mi homenaje a Monica que permaneció sola en muchas ocasiones cuidando las pertenencias de todos. La mexicana quería absolutamente abandonar la isla, entonces la acompañe hasta la playa para que se la lleve un barco de socorro. Fuimos con Hassan. cuando llegamos, era una locura! había algunas embarcaciones, y la gente ilesa se precipitaba para subir en el barco sin ninguna consideración por los heridos graves. Increíble pero comprensible… la noche comenzaba a asomarse, eran aproximadamente las 17 horas. En el camino de regreso, tomamos con Hassan algunos víveres mas para las personas que vinieran a nuestra cabaña, la mayoría eran rescatados que prefirieron pasar la noche en la colina.

Durante esta primer día de la catástrofe, solamente un helicóptero de la armada tailandesa hacia idas y vueltas de la isla hacia Phuket. Ningún barco oficial de socorro llego!

Algunos instantes depuse del crepúsculo, remarcamos un resplandor detrás de las palmeras para luego dejar aparecer la luna llena. No íbamos a pasar la noche en la isla en plena oscuridad. En la isla, como siempre en casos de desastre, no había ni electricidad ni agua. La mayoría de teléfonos celulares no servían para nada puesto que no entraban las llamadas, desgraciadamente no pudimos advertir a nuestros familiares que estábamos vivos. Nos organizamos para pasar la noche los seis en el bungalow no 31.

Adormecerse fue difícil mas me obligue a hacerlo sabiendo que nos esperaba un duro día mismo si este nos era aun desconocido. Mas tarde, Monica quiso hacer lo mismo. La emoción, el calor y los zancudos (mosquitos) nos impedían de dormir. Decidimos de sacar el colchón afuera y dormir al aire libre. la luna llena, aunque era bella, volvía la noche mas espantosa y hostil para Monica que imaginaba que las almas de las victimas nos rodeaban. Un gatito aterrorizado chillo toda la noche impidiéndonos de dormir. Parecía completamente perdido y aunque tratamos de darle de comer y beber, este era demasiado pequeño para lograr mascar y beber. Ciertamente buscaba desesperadamente su mama. Finalmente dormimos 2 ó 3 horas hasta los primeros destellos de la aurora.