El paraíso presentado en los catálogos de vacaciones se llama Archipiélago de San Blas

6:00 a.m. Nos embarcamos en el barco velero “Melody”. Una vez que estuvimos a bordo, nos presentamos con los otros seis pasajeros, todos mochileros. Martín suizo alemán, Oliver alemán, Sarah, David y Rachel ingleses y Peter de Nueva Zelanda. Luego Mark, el capitán, nos reunió para darnos a conocer las reglas y explicarnos la travesía. De hecho, 9 personas viviendo durante 5 días y medio en un pequeño velero (14.3 m.) no iba a ser cosa fácil.

El primer día navegaríamos hasta la isla principal del archipiélago de San Blas y el segundo hasta las islas más retiradas del archipiélago, para aprovechar de esta manera de la naturaleza todavía virgen de estos lugares. Permaneceríamos 3 días allí, para después continuar con la travesía final hasta Cartagena en Colombia, viaje que duraría unas 32 horas.

Durante el primer día de navegación, todos los viajeros a excepción de Sylvain, sufrieron del mal de mar. Después de 10 horas, la llegada a “El Porvenir”, lugar en donde se efectuaban los sellos de la inmigración panameña, alivió a más de uno ya que allí pasaríamos la noche. Al día siguiente pudimos admirar el mercado flotante de las indígenas “Kuna”, sociedad matriarcal. Vestidas con su traje tradicional, no nos permitieron de fotografiarlas sin pagar… Luego partimos en dirección de las islas más retiradas del archipiélago.

En aquel lugar descubrimos un espectáculo que nos dejó boquiabiertos: unas islas de cocos rodeadas de corales y mar de color turquesa. ¡Un pequeño paraíso! Y si lo es todavía es porque ningún servicio turístico conoce este lugar, solamente aquel que posee un barco velero puede ir. Puesta del sol incandescente sobre el archipiélago de San Blas

Visiones paradisíacas