Descubriendo la otra Argentina, la de las mesetas andinas

En Tucumán, nos volvimos a encontrar con Pierre-Alain para pasar el fin de su estadía en Argentina. Fuimos juntos hasta Salta y allí descubrimos a la Argentina andina. Aquí se terminaron el dejito acentuado y cantado y la rica carne de la Pampa. Las planicies y los campos que se pierden en el horizonte dieron lugar a las montañas de mil colores.

Pierre-Alain rentó un auto y nos invitó a dar una vuelta a través de los Andes argentinos. Sobre una carretera de piedras, hemos circulamos hasta un pueblo llamado Cachi. La ruta pedregosa nos llevó a través de montanas rocosas de colores rojizos, ocres, grises, verdes petróleo, negros. Una paleta de colores que nos sedujo y nos obligó a detenernos en muchas ocasiones para admirar aquellos magníficos paisajes.

Subiendo hasta 4200 metros y bajo una lluvia de granizo, pasamos de 28 grados partiendo de Salta, a 8.5 grados durante la lluvia. Luego pasamos a lo largo de la interminable línea recta del Camino del Inca, rodeada por un desierto lleno de miles de cactus.

Por la tarde, llegamos a Cachi, un pueblito andino cercano a un cementerio colorido de flores (los cementerios en los Andes se sitúan siempre en altura, así las almas están más cercanas al cielo… creencias… fábulas) y de una pista de aterrizaje salida de ninguna parte!

Al día siguiente partimos para San Antonio de los Cobres. Arriba: Vista sobre las puntas nevadas del Nevado de Cachi»

Paisaje de mil contrastes y colores del valle de Humahuaca

Abajo: Señal advirtiendo el paso de llamas

Paisaje alucinante de las «Grandes Salinas» (desierto de sal)»